"A mi juicio, el destino de la especie humana será decidido por la circunstancia de si el desarrollo cultural logrará hacer frente a las perturbaciones de la vida colectiva emanadas de la pulsión de agresión y de auto destrucción. (...) Sólo nos queda esperar que la otra de ambas potencias celestes, el eterno Eros, despliegue sus fuerzas para vencer en la lucha con su no menos inmortal adversario. Mas, ¿quién podría augurar el desenlace final? Freud, Malestar en la Cultura
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20090420

SEMINARIO II, CLASE 21: DEL CUERPO REAL AL CUERPO PULSIONAL





David del Real: Sirena







CLASE 03/10/06

¿Qué se entiende por pulsional?
¿Qué es una clínica de la pulsión?
¿Es posible una pulsión respiratoria?

Estamos intentando definir lo que es el campo de la clínica de la pulsión
Si miramos para atrás en relación a los distintos desarrollos que hemos estado haciendo sobre el concepto de pulsión me gustaría que pudiéramos rescatar las líneas principales que lo definen.
La línea de partida es que la pulsión no es el instinto. En este concepto se apoya lo que es el aspecto significativo, determinante en relación a la conducta del ser humano. El instinto es lo que define la conducta de los animales, lo innato. El ser humano, cuya característica definitoria es ser hablante, no tiene el instinto para la búsqueda de su objeto, no tiene un objeto natural, determinado en su biología. Lo único que tiene es la pulsión. No hay nada en el inconsciente que defina cual es el objeto hacia el que tender. Sólo tenemos la pulsión para ordenar nuestra búsqueda. Y para mayor agravante, la pulsión genital no existe, dice Lacan. Las pulsiones son esencialmente parciales respecto de la necesidad a la que se vinculan
¿Cuál es el nudo de la búsqueda en el hablante ser? el objeto perdido, definido por el término petit a; ese objeto perdido que de alguna manera, toda nuestra construcción vital, intenta alcanzar. La fuerza vital por excelencia, ordenadora, es el deseo.
La pulsión es el elemento amorfo, acéfalo, como ese lugar en donde en última instancia se localiza el inconsciente. El último rincón donde vamos a ir a buscar el inconsciente es un agujero del cuerpo. Allí está funcionando la pulsión. La pulsión se localiza en determinadas zonas corporales, específicamente ciertos agujeros. Estos agujeros, que pasan a constituir lo que se llaman las zonas erógenas, son lugares privilegiados para la circulación de la pulsión.

Me gustaría poder definir desde otros campos el tema de la pulsión. El campo por excelencia que estamos tratando ahora, es el campo de lo sexual. Decir pulsión y decir pulsión sexual, es lo mismo. Cuando hablamos de pulsión hablamos de la representación de lo sexual en el inconsciente. Porque en el inconsciente no hay nada que defina la sexualidad, no hay nada que defina el objeto sexual del macho ni el objeto sexual de la hembra. Por eso decimos que no hay pulsión genital. Lo que hay son pulsiones parciales. Y son estas de las que se vale el sujeto parlante para constituir las vías de acceso a la relación con el otro, el otro semejante, a la relación genital que como tal no hace relación sexual. Relación es la definición de la correspondencia de una cosa con otra. No hay relación sexual es decir no hay correspondencia del sexo hombre con el sexo mujer. En el inconsciente no está definido cual es la esencia de lo masculino y cual es la esencia de lo femenino. En el inconsciente sólo está definido lo pulsional como lo pulsional fálico. En todo sujeto parlante partimos del mismo principio, que es la pulsión fálica: el falo como ordenador.

La correspondencia de un sexo con otro sexo sólo nos da una relación fallida. Se trata de despejar un campo específico para lo que es el hablante ser en oposición a la Psicología que confunde el campo de su sujeto de estudio con el campo animal. Porque en el animal sí existe la relación sexual, existe el instinto macho y el instinto hembra.
Y allí hay correspondencia, no tenemos nada de malos entendidos, porque no hay necesidad de entender nada entre dos individuos cuya composición es por excelencia biológica. El malentendido es inherente a la búsqueda de la pulsión. Y la fórmula de la pulsión S <> D que se lee sujeto en relación inconclusa con la demanda, fíjense que en el matema de la pulsión, para que quede claro que no nos estamos refiriendo a ningún empuje obscuramente biológico, lo que está presente es el campo significante, porque decir demanda es decir cadena significante. Si hablamos de demanda en el ser parlante allí es donde entra el malentendido, en el entender que es lo que me están demandando, que es lo que desde el Otro estoy demandando.

Entonces, el concepto de pulsión, concepto fundamental para el psicoanálisis porque apunta a lo específico del ser parlante en relación a la búsqueda del objeto, el cauce de esa búsqueda no tiene que ver con ninguna oscuridad orgánica sino con el campo del significante. Podemos decir entonces que la pulsión es una demanda, pero una demanda muy especial, una demanda muda, porque es una demanda en donde el sujeto todavía no está manifestado, es un sujeto acéfalo. Pulsión, demanda muda y sujeto acéfalo son tres conceptos que van unidos.
Si comparamos la fórmula del fantasma $ <> a y el matema de la pulsión $ <> D ¿qué vemos? que D, esto es, la demanda del Otro ha ocupado el lugar de a, el objeto. La demanda toma función de objeto en el fantasma del neurótico.

Hay otras articulaciones que hemos estado viendo, podemos decir que la pulsión es la manifestación del sujeto del inconsciente. Sujeto del inconsciente en tanto opuesto al yo, el carácter íntimo del sujeto del inconsciente remite al significante. Si tenemos que pensar en alguna manera de localización del sujeto del inconsciente es en un significante. Por ello decimos que el significante representa al sujeto para otro significante.
También decimos que la pulsión remite a ser el lugarteniente de la sexualidad en el inconsciente. En el inconsciente sólo hay significantes y el sujeto del inconsciente es el que es representado por un significante S1 que emerge ante S2, bajo la forma por ejemplo de un lapsus, o de un acto fallido, o de un síntoma, es decir, en cualquiera de las formaciones del inconsciente.
Y la pulsión es específicamente lo sexual en el inconsciente. No es un significante en tanto dicho, la pulsión está donde no hay decir.
La cara específica de la pulsión, es que está articulando lo inconsciente y el cuerpo real, el mundo de los significantes y el mundo del cuerpo real. Entonces, nosotros siempre estamos diciendo que lo especifico del ser humano es ser parlante, el campo significante que lo atraviesa, que lo marca, lo destina. Quitémonos de encima la idea utilitarista de que el lenguaje es un instrumento que el hombre “construye para”, la lengua es algo que somete al hombre para, no es que hablamos, es que somos hablados. Y esa es la connotación fundamental que define al sujeto para el psicoanálisis. La determinación significante.
Entonces, la pulsión es un concepto fundamental en tanto se articula con esta definición del sujeto, se articula, por un lado, con lo significante, y por otro lado, el cuerpo real, el cuerpo de la biología. En el ser parlante tenemos otro cuerpo, que es el cuerpo pulsional, que es el habitado, poseído, marcado por el significante. El efecto de esa conjunción del mundo simbólico sobre el cuerpo real es la pulsión.

Siguiendo con este repaso, otra forma de definir la pulsión es como una actividad que lo que intenta atrapar es el objeto, la parte perdida. Hemos trabajado 4 objetos: pezón, escíbalo, mirada, voz, en torno a los cuales Lacan teoriza la pulsión, de los cuales el falo es el guía, es el modelo, pero es un objeto en menos, Lacan lo escribe – phi.
En el Seminario X de La Angustia Lacan trabaja la función del pezón, del excremento, de la mirada y de la voz como esquirlas del cuerpo que van a ser función del “objeto pequeño a” en tanto figuras del falo, de “menos phi”.
Y el intento de atrapar la arte perdida podemos pensarlo como que ese ser cautivo por el significante lo que ha perdido es la conexión directa con el objeto, la completad. A posteriori, lo que adquiere carácter de objeto perdido ya tiene que ver con lo que llamamos la pérdida de goce. El objeto perdido, la “petit a” es un plus de goce


La completad o el goce total es un mito. Sólo podemos intentar localizarlo en la relación de completad entre el feto y la madre. Es la única manera que tenemos de imaginarizarlo. El goce total es una entelequia, y el “objeto a” lo referimos a ese plus de goce que se cayó cuando pasamos a estar dependientes del significante, de la palabra, cuando pasamos a estar reglados por las leyes del mundo simbólico, cuando pasamos a estar estructurados por lo que es el complejo edípico, cuando nos constituimos como sujetos de deseo. En ese momento, la única posibilidad que tenemos es el de un goce que nunca alcanzamos. En ese sentido, la pulsión está condenada a la insatisfacción.

Los diversos ejemplos clínico que vimos, eran diferentes estrategias a partir de es pulsión parasitando una función, que sólo alcanzaba una satisfacción mortificante.
De los destinos de la pulsión, el más transitado es el de la represión. La pulsión insiste y la represión está condenada a fracasar y retorna. Y el retorno de la pulsión reprimida se llama síntoma. Ahí está el goce, ahí está la mortificación.
El único camino exitoso de satisfacción de la pulsión es la sublimación. El tema de la sublimación lo retomaremos en un par de clases.

Hecho este repaso, nos hacemos ahora otra pregunta: ¿a qué llamamos clínica de la pulsión?.
En primer lugar evitemos caer en el malentendido más frecuente que es el referirlo a la clínica hecha en torno a aquellos casos en donde la manifestación de la pulsión es muy singular. Trabajar con casos de anorexia es trabajar con clínica de la pulsión. Si, pero no se trata sólo de los casos en donde es muy exacerbado el funcionamiento pulsional. Tenemos que entender la clínica de la pulsión como un tiempo indispensable en la dirección de toda cura. Es decir, toda cura, para ser psicoanalítica, para que un caso sea un caso de psicoanálisis tiene que abrirse a partir de una clínica bajo transferencia. Una vez instalada la inversión dialéctica que permite que la pregunta que el paciente trae lo incluya desde la perspectiva del sujeto del inconsciente, a partir de allí, la cura está madura para que entremos a operar desde la clínica de la pulsión.
Para que pueda manifestarse cómo se localiza en esta situación específica de esta cura lo que llamamos el sujeto del inconsciente en su localización pulsional. Y un paso más, ver con qué objeto se está identificando.
Hace un par de clases estuvimos trabajando el caso de una paciente que venía colocada en posición de generosidad oral, y lo que decíamos es que ella se ofrecía como pasto para el otro. Ahí está la clínica de la pulsión, esto es que en el desarrollo de la cura el analizante pueda localizar cual es el objeto con el cual se ha identificado, en este caso, un objeto oral.
Interrogar por la pulsión es interrogar por la localización última del sujeto del inconsciente.


Resumamos, entonces qué se entiende por pulsión:
- una actividad: búsqueda del objeto perdido
- una demanda: un mensaje escrito en el cuerpo
- un efecto: del significante sobre el cuerpo real
- una localización: del sujeto del inconsciente sobre una función orgánica
- una subjetividad acéfala: allí no sabe que “eso” habla
- un montaje: sujeto del inconsciente + cuerpo real + sexualidad
- una aporía: de la insatisfacción al goce
- una mortificación: el sujeto rehén de la demanda del Otro

Hay dos temas que quiero desarrollar en la próxima clase. Hay un grupo de gente que está trabajando en Argentina el tema de la pulsión respiratoria, que han hecho una propuesta sobre una posible pulsión respiratoria, apoyándose en las referencias que en su obra Freud ha dado, la consideración que para Freud tuvo la respiración, y apoyándose en las muy puntuales consideraciones que Lacan ha hecho sobre el tema de la respiración. Lo que sí está claro es que tanto Freud como Lacan no han cerrado el catálogo de pulsiones. ¿Es válida la propuesta del equipo de trabajo de Eidelsztein?.
Pues la comunidad psicoanalítica tendrá que recoger el ofrecimiento y discutirlo.

Los síntomas respiratorios son muy frecuentes pero no resuenan tanto en la casuística.
Pero si nos detenemos brevemente, una de las manifestaciones clínicas más comunes son los llamados “ataques de pánico” cuyo componente fundamental es una crisis respiratoria.
La angustia como fenómeno, tiene una localización muy específica que es el plexo solar. La angustia y la respiración van muy unidas. De hecho lacan dice que si podemos hablar de trauma de nacimiento es en el sentido de la asfixia: el bebé llega al mundo asfixiado. Tiene que cambiar la respiración fetal por la respiración atmosférica. La primera bocanada, la primera inspiración llega después de un momento de asfixia.
¿Cuál es la característica de la angustia? Que no tiene objeto. Si ustedes recuerdan, Freud dice, Juanito un día se despertó con angustia, salió a la calle y volvió con una fobia a los caballos. Había localizado en un objeto su angustia, con lo cual, ya había ganado en economía psíquica.


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