"A mi juicio, el destino de la especie humana será decidido por la circunstancia de si el desarrollo cultural logrará hacer frente a las perturbaciones de la vida colectiva emanadas de la pulsión de agresión y de auto destrucción. (...) Sólo nos queda esperar que la otra de ambas potencias celestes, el eterno Eros, despliegue sus fuerzas para vencer en la lucha con su no menos inmortal adversario. Mas, ¿quién podría augurar el desenlace final? Freud, Malestar en la Cultura
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20090420

SEMINARIO II, CLASE 22: PROPUESTA DE UNA PULSIÓN RESPIRATORIA

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David del Real: Retrato [1]




CLASE 24/10/06

Pulsión, sujeto y cuerpo
El hacer pulsional
El representante de la sexualidad
Pulsión y erogeneidad respiratoria
Síntomas respiratorios en Dora
El objeto aire y el corte espasmódico: el asma


Vamos a detenernos en la propuesta de una pulsión respiratoria. El catálogo pulsional, desde la revisión que hace Lacan, se consideran 4 pulsiones, pero la lista está abierta. De hecho en algún artículo Lacan lanza el desafío de profundizar en torno a la erogeneidad respiratoria, que es un tema que ha sido poco profundizado. Y hay un grupo de psicoanalistas argentinos dirigidos por Eidelsztein que ha propuesto el tema de la pulsión respiratoria. Queda esa propuesta a discusión por la comunidad psicoanalítica internacional; en función de distintos aportes se verá si es coherente en si misma y con la teoría. Ahora vamos a desarrollar la propuesta básica y tomar algunas consideraciones que Freud hace respecto a lo respiratorio, en cuanto sede de síntomas o de otras manifestaciones que serían del orden de los fenómenos psicosomáticos.

Antes de puntualizar los elementos de una pulsión respiratoria, recordar brevemente los conceptos claves de lo pulsional que Lacan considera uno de los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis.
¿De qué manera podemos definir a la pulsión?
Lo primero que tenemos que decir es que es una función que sostiene al sujeto del inconsciente. Si queremos despejar esta definición, tenemos que aclarar que no estamos hablando de algo de naturaleza orgánica. Es una función que tiene que ver con el cuerpo, pero no con el cuerpo con el cuerpo órgano de la biología, sino con ese cuerpo afectado por el hecho que hay un decir. El cuerpo de la pulsión es el cuerpo afectado por lo significante; es el cuerpo de la pulsión sede del sujeto del inconsciente en tanto sujeto acéfalo. No estamos ante el sujeto constituido por el cual un significante lo representa ante otro significante. Es una demanda muda.

También decimos que la pulsión es un corte. Que sea un corte es uno de los requisitos para entender el funcionamiento pulsional. El corte tiene que ver con un artificio gramatical. Estoy esforzándome para evitar que precipitéis una significación tramposa de la pulsión, ya que durante mucho tiempo se la remitió a algo oscuro, como lo que tiene que ver con el organismo; no, tiene más que ver con una acción, con un hacer, tiene más que ver con un verbo. El verbo como figura gramatical que define un hacer.
El hacer pulsional, ese intento a través de un circuito que se localiza en un determinado orificio del cuerpo, es un intento de hacerse con el objeto. Lo que la pulsión busca en definitiva es hacerse con el objeto. Así, el hacer de la pulsión oral es chupar, morder, succionar. El de la pulsión anal: expulsar o retener; de la pulsión escópica, ver. Y aquí, complejizando aún más esto del artificio gramatical, Freud va a discriminar la voz pasiva y la voz activa del verbo, del hacer pulsional: chupar y hacerse chupar, ver y darse a ver. Son los dos hacerse que tiene que ver con este circuito por el cual la pulsión intenta contornear haciéndose con el objeto. ¿Qué objeto? El objeto faltante, esto es, el petit a.
Digo, el artificio gramatical ya lo da Freud con estas dos voces, la voz activa y la voz pasiva, y Lacan le agrega una tercera voz que es la voz media o reflexiva, con lo cual las tres voces en el caso de la pulsión oral, serían: chupar, chuparse, ser chupado. De allí, los tres términos con los cuales intentamos definir el circuito de cada pulsión, en relación al objeto, al objeto faltante; porque el objeto de la pulsión tiene que ver con un orificio y con el objeto de ese orificio. En el caso de la pulsión oral el objeto que se intenta buscar para obturar el orificio es el pecho, el pezón.

Entonces, la pulsión es el efecto del significante en el cuerpo; la pulsión es un intento de poder cerrar aquello que, a partir de que el ser-parlante queda definido por su dependencia del significante, lo deja desnaturalizado. Nosotros decimos, la naturaleza no existe para el hablante-ser; está caído de la naturaleza. Lo que tenemos es un objeto perdido irremediablemente. El objeto de la satisfacción natural está ausente. La necesidad, que es aquello que definimos en la naturaleza, no la podemos definir en el hablante ser, porque, desde el momento en que está sujeto a lo simbólico, desde el momento en que todo lo que sea intentar hacerse con su objeto pasa inevitablemente por su ser hablante, la necesidad se transforma en demanda. Y cuando decimos demanda, detrás decimos deseo.
Entonces, el sujeto natural está divorciado, no es una categoría que nos sirva para pensar nuestro ser. Y en ese sentido es la pulsión el elemento primero que nos puede servir para pensar que es lo que guía la búsqueda del objeto , así como en el animal el elemento primero que pensamos para entender que es lo que guía su búsqueda es el instinto.
La pulsión es el representante de la sexualidad en el inconsciente. El representante de la sexualidad de un lobo viene dado genéticamente, en cambio en el hablante ser se lo tiene que hacer, el único representante posible es el de la pulsión. No hay representante sexual macho ni representante sexual hembra. El tema de la sexuación es algo que hay que construir; la pulsión es el representante último de la sexualidad.

Vamos a centrarnos en lo pulsional en relación a la erogeneidad respiratoria.
En uno de los artículos más antiguos de Freud que se llama “Obsesiones y Fobias” habla de una paciente aquejada de una obsesión, que Freud llama obsesión especulativa que se caracteriza porque está obsesionada por esta idea: “¿Y si yo no quisiera respirar?”
Es una mención muy breve que hace al caso. Me parece más interesante detenernos a reflexionar en cómo trabaja Freud los síntomas respiratorios en Dora.
La anamnesis de esta paciente revela que los padres tempranamente habían recurrido a la consulta médica porque Dora presentó con muy pocos añitos síntomas de disnea, tos y asma, tres manifestaciones respiratorias. La disnea y la tos tienen otras implicancias, pero vamos a detenernos en el asma. El tema del asma aparece en Dora a los 7-8 años, y los términos en que relata la aparición del asma son los siguientes. Freud está investigando el tema de la enuresis en relación con la masturbación infantil. Dora niega su condición de masturbadota infantil pero sí habla de una amiga que sí lo era y que esta amiga tenía jaqueca; y que ella también tenía jaqueca.
Esto le plantea a Freud una evidencia lógica, donde lo que niega por un lado lo confirma por el otro. Y aparece la figura del hermano de Dora que sufría enuresis. Entonces Dora lo que dice es: ”yo también tenía enuresis, pero me desapareció al poco tiempo de aparecerme el asma”.
Lo interesante del caso es como Freud va a trabajar la aparición de un síntoma correlativamente a la desaparición de otro, en los siguientes términos: el punto donde Freud va a subrayar la explicación de la dificultad respiratoria es que en esa época se hace manifiesto uno de los fantasmas fundamentales, que es el del coito entre los padres, la escena primaria. Y dice Freud, y aquí es interesante el término alemán que Freud utiliza y que no tiene equivalente en español: Dora “espiaba con las orejas”.
Porque uno mira con los ojos y escucha con las orejas; y uno puede espiar con los ojos y también con las orejas. Espiar con las orejas es uno de los elementos básicos de la escena primaria.
Aquí tenemos entonces como Freud va a relacionar el tema de la aparición del asma con la escena primaria, el coito entre los padres y el espiar con las orejas. Y nos dice Freud:
“Bajo la influencia de la excitación de la escena primaria Dora sustituyó la inclinación a masturbarse por la inclinación a la angustia”
Cómo se complejiza, entonces, el posicionamiento del sujeto del inconsciente en tanto está directamente implicado en lo que sería una estrategia neurótica. No nos olvidemos que, cuando alguien viene trayendo un síntoma, no tiene ninguna posibilidad de hacerse cargo de cual es su estrategia inconsciente en eso de lo que se queja. En este momento Dora se estaba quejando del lugar de intercambio sexual al que quedaba expuesta ante el no querer ver del padre.
El primer ataque de asma le sobrevino tras haberse fatigado por una excursión en la montaña, en la que probablemente sintió una falta de aliento real. Y con respecto a lo que sería el posicionamiento subjetivo en relación al pasaje o el intercambio de un síntoma por otro. Freud dirá que esto tiene que ver con el posicionamiento ante su feminidad y va a hablar de dos períodos en Dora: el período de la enuresis y el período del asma. El período de la enuresis se corresponde con un período de identificación con el hermano, que era el que sufría la enuresis; como si Dora en esa etapa fuera como un varoncito. Y el período del asma, de alguna manera marca la frontera del abandono de su identificación con el hermano, entrando en un posicionamiento en relación a la demanda, en donde está el padre, que es el que viene todas las noches cuando Dora tiene las crisis de asma, a ver que le pasa a su niñita; y también en relación a la demanda de la madre, que es, dentro del historial el personaje que menos sabemos, pero sí sabemos que era extremada en su exigencia de orden y limpieza. Y una de las cuestiones que atentaban contra dicho orden y limpieza era que la niña se hacía pis en la cama.
Lo que Freud nos está planteando y que Lacan retoma es cómo, en esta niña, ya vemos con sus manejos inconcientes en relación a uno u otro síntoma, la forma en que se posiciona ante la demanda del Otro.
Vemos así cómo, en uno y otro síntoma, esto le sirve para posicionarse ante su feminidad, abandonando la identificación con su hermano y asumiendo esa otra
identificación ante la cual, y es éste el eje del trabajo freudiano sobre Dora, plantea la pregunta sin respuesta: ¿qué es ser mujer?. Esa es la pregunta vigente en la histeria de Dora, cuyo germen Freud detecta en ese posicionarse de un síntoma a otro síntoma. En el primer síntoma, la enuresis, se muestra posicionada como un varoncito; y abandona la masturbación, ese goce fálico que tenía tan a mano, por otro goce que es un gran interrogante y ante el cual lo único que tiene es la manifestación de un ahogo.

Esta es una breve puntuación que me interesaba rescatar del caso Dora para entender la complejidad de la cuestión respiratoria. Ya veremos otros casos en los que veremos que lo que está en juego no es una inscripción significante donde hay un deseo inconsciente que se transforma en síntoma, sino que hay una letra indescifrable, un jeroglífico que es del orden del fenómeno psicosomático, que es como un fallo en donde lo pulsional no puede articularse con el síntoma, en donde no hay posibilidad de hacer metáfora, donde no hay un significante que se represente, sino que hay una especie de significante solidificado, que cuando hablamos de la anorexia lo referimos a la holofrase. El concepto al que Lacan remite en el tema psicosomático es al de holofrase. Allí no leemos la aparición de un sujeto, como sería el caso del síntoma como metáfora.

Volviendo a la propuesta de la pulsión respiratoria. ¿Cuál es el objeto de la pulsión respiratoria? El aire. Pero el aire revestido de una determinada manera. En el caso del asma, las manifestaciones audibles del aire en el espasmo toman forma de ahogo y silbido.
Y el verbo en el caso de la pulsión respiratoria, el verbo sería inspirar, espirar, pero fundamentalmente ahogarse, en reflexivo. Y el corte, en tanto el aire como objeto para ser factible del circuito pulsional requiere del corte, el corte es el espasmo.

Hay un ejemplo que pone Lacan, para darle otra lectura al tema de la pulsión, trae una figura que es un esclavo de la antigüedad, que llevaban inscripto sobre si mismo su inmolación. Un esclavo que lleva un mensaje al rey lleva inscripto en su cuero cabelludo el mensaje “mátame”. Usa esta figura para referirse al mensaje de la pulsión. La pulsión es un mensaje que está inscripto en el cuerpo con un decir ante el cual el sujeto es acéfalo, porque es un decir que no sabe que es dicho. Es como el mensajero que lleva un mensaje escrito en la cabeza que no sabe que lleva. Y el orden de este mensaje es del orden de ¡Goza! Como una invitación al Otro al goce.
Lo cual nos enfrenta a la cuestión del goce como goce mortífero. Lo cual nos enfrenta al concepto de pulsión como pulsión de muerte. El concepto de pulsión que desde Freud fue dualista, Lacan lo sostiene de una manera monista, porque lo remite en última instancia a la pulsión de muerte.
Aquí tenemos que hacer una matización, para no ser pesimistas, nos queda el margen de la sexualidad, de lo vivificante, sino parece que por ser seres hablantes quedamos sujetos solamente de la mortificación. La sexualidad vivificante existe también.

Vamos a ver una viñeta de un caso del libro de Eidelsztein. Es una paciente que refiere que durante su adolescencia sufrió de asma, que apareció súbitamente a los 12 años y desapareció a los 17 años. ¿Qué pasó a los doce años? La muerte de la abuela y la aparición de la menarca. ¿qué pasó a los 17 años? La finalización del colegio secundario. También sabemos que la abuela muere de una enfermedad pulmonar aguda y la paciente recuerda el ruido que hacía al respirar. También relata que la abuela fue una persona muy importante en su vida “Me compraba vestidos de color rosa”.
Con respecto a los ataques, tenía uno todos los días y siempre sobrevenía a las 7 de la tarde. Tenía miedo de morirse; el ruido de sus ataques atraía a su madre junto a su cama hasta que se pasaba y se dormía.
¿Qué está indicando esta viñeta, con la selección de elementos del discurso del paciente? Está indicando el lugar en que el asma coloca a esta joven ante lo que es el deseo del Otro.
Por un lado la abuela, como aquella que la reconoce y ante la cual ella se reconoce como mujer. Allí nos deja planteada la cuestión de su feminidad; doblemente planteada en tanto es la muerte de la abuela y la aparición de la menarca dos cuestiones que marcan la emergencia del síntoma.
En este caso entonces, debemos entender el asma como un síntoma ante una estrategia neurótica, tendríamos que ver si es una estrategia histérica u obsesiva, en relación a lo que sería el despertar de su sexualidad, el posicionarse en relación a su sexuación, el lugar conflictivo en el que está puesta en relación a sus padres, en tanto el efecto inmediato de cada ataque es el alejar a la madre del lecho del padre.
En este caso podemos decir estamos en presencia de un síntoma, el asma como tal está inscribiendo algo del orden de un discurso inconsciente en donde está en juego el deseo de esta paciente. Pero lo interesante es el ruido que hacía al respirar – y ese es un punto para considerar dentro de la propuesta de una pulsión respiratoria – porque se superpone el campo de la pulsión respiratoria con el campo de la pulsión invocante. Algo del orden del “hacerse oír”, en donde lo que está en juego es el oído, toma primacía, en este circuscribir el objeto aire, en tanto el objeto aire pasa a ser una invocación al Otro. Concretamente hay un llamado, y la respuesta de ese llamado es que la madre acude. Esta madre, gran amante de la limpieza y del orden, es convocada por esta niña.
Así como lo oral compromete un orificio, la boca, lo invocante compromete dos orificios: la boca y el oído. En el caso de lo invocante, el objeto es la voz.

El planteo en relación al tema del ahogo y de la asfixia se entronca con el concepto de angustia y de trauma del nacimiento. Lacan, en el seminario de la Angustia, dirá que el verdadero trauma del nacimiento lo tenemos que centralizar, no en la separación de la madre, sino en la asfixia, en tanto el pasaje de la respiración fetal a la respiración aeróbica significa en su inicio pasar por la asfixia.
La angustia y la asfixia están estrechamente relacionadas. El fenómeno clínico más evidente de la angustia es un fenómeno respiratorio, una opresión en el pecho y la falta de aire, que ahora llega con más resonancia bajo el nombre de panic attack.

Resumiendo: dentro de la clínica de la pulsión que lleva al analizante a preguntarse por su modalidad de goce, en el caso de la propuesta citada acerca de una posible pulsión respiratoria, el corte que soporta al sujeto del inconsciente en la erogeneidad respiratoria lo identifican con “el espasmo”. En el caso del asma el corte lo transcriben con el verbo en reflexivo “ahogarse o asmarse”; y el objeto pulsional en “el jadeo, la tos y la sibilancia”.


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