"A mi juicio, el destino de la especie humana será decidido por la circunstancia de si el desarrollo cultural logrará hacer frente a las perturbaciones de la vida colectiva emanadas de la pulsión de agresión y de auto destrucción. (...) Sólo nos queda esperar que la otra de ambas potencias celestes, el eterno Eros, despliegue sus fuerzas para vencer en la lucha con su no menos inmortal adversario. Mas, ¿quién podría augurar el desenlace final? Freud, Malestar en la Cultura
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20090419

SEMINARIO I, CLASE 8: ANÁLISIS FRAGMENTARIO DE UNA HISTERIA


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David del Real: Desnudo con rayo de luna

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CLASE 06/07/06:

Una nueva técnica: el análisis fragmentario
Los fallos de la memoria
La anamnesis y la novela familiar de Dora
La versión del padre
La versión de Dora
La versión de Freud

Hoy vamos a trabajar uno de los casos más famosos de Freud, el llamado “Caso Dora”
En este caso Freud inaugura lo que llamaríamos el arte onirocrítico, en tanto es el primer historial clínico publicado con ejemplos de la interpretación de los sueños.
Así que paralelamente al caso éste, cuando entremos en los sueños vamos a apoyarnos también en el texto de “La interpretación de los sueños”.

Este es un caso que Freud trabaja tres meses. El título “análisis fragmentario…” a que remite? Por un lado a que el análisis es incompleto, inconcluso, interrumpido, el carácter de brusca interrupción: Dora llega un día a los tres meses y dice “hoy es el último día que vengo”. Y esa interrupción es interesante para recoger lo que trabajaremos después de ver el caso, nos detendremos en el tema de “la transferencia”.
Este fenómeno clínico, según sus palabras “el más espinoso del tratamiento psicoanalítico” Freud lo va a trabajar por primera vez en este caso.
Y nos permitirá ver cómo en ese despido brusco de Dora está en juego la transferencia.
Esto se los anticipo un poco para ver porqué privilegiamos el caso Dora. Lo privilegiamos porque hay algo del orden de la transferencia que hasta ese momento era reconocida como un obstáculo en la cura, aquí ya Freud empieza a plantearse aquella cosas que han pasado en el tratamiento y que él no termina de poder interpretar. Pero sobre las que subraya, rescata su importancia y no lo rechaza con un material descartable, aunque reconoce que no hubo lugar a desarrollar.
Los psicoanalistas que después se han dedicado a leer con lupa este caso, Lacan entre ellos, nos dirán que sí, la transferencia estaba planteada, lo que pasa es que Freud no estaba maduro para operar con ella.
Estos dos elementos, los sueños y la transferencia, son los que singularizan este caso.

Y por otro lado el título “análisis fragmentario” remite a un cambio de técnica en el tratamiento. Es interesante puntuar en los textos que trabajemos los aspectos técnicos de los aspectos clínicos, y las puntuaciones teóricas que el va haciendo.
¿Cuál es la nueva técnica que utilizó con Dora? El análisis fragmentario. Lo que pasa que a partir de allí todos los análisis serán fragmentarios. Freud antes del caso Dora lo que hacía era trabajar cada síntoma rastreando las escenas traumáticas, un trabajo no fragmentario sino un intento de análisis completo intentando cegar la totalidad de las lagunas mnémicas que rodean la determinación de cada síntoma.
A partir de Dora entonces Freud utiliza una nueva técnica y es que el paciente, cada vez que viene será el que elija por donde vamos a trabajar. A partir de Dora todos los psicoanálisis son fragmentarios

En su introducción Freud nos muestra el cuidado ético con el que intenta manejar este material altamente íntimo. Entonces se excusa de antemano ante las críticas que pueden hacer sus colegas, que por cierto fueron muy severas, todos criticaron rápidamente que Freud hubiera hecho públicas las sesiones de su paciente.

Antes de entrar en el caso Freud nos da una puntuación de importancia teórica referida a los fallos de la memoria, a los olvidos, a la laguna mnémica, a la forma fragmentaria en que las escenas traumáticas o los recuerdos son traídos por el paciente. Y va a precisar los distintos tipos de estos fallos de la memoria.
Nos dirá que en un primer nivel hay fallos que son del orden de ocultamientos, fragmentos conscientemente escamoteados.
En segundo lugar habla de los olvidos, no hay una voluntad consciente de ocultarlos, sino, y este es el concepto clave, están reprimidos.
El tercer tipo de fallos de la memoria, las lagunas mnémicas, los casos más agudos, en donde la represión funciona con mayor severidad.
Estos fallos, olvidos o lagunas durante el análisis significan un nivel de resistencia transferencial, el destinatario es el analista, como soporte del fantasma del paciente.
El cuarto grupo es el de los falsos recuerdos, no ya que no recuerda, sino que trae un recuerdo falso. En la otra clase estuvimos trabajando dentro de esta línea lo que él llama los recuerdos encubridores. No son invenciones conscientes, eso es fabular, mentir, esto es una transformación del recuerdo que tu no haces conscientemente. Es una elaboración inconsciente.
El quinto grupo se refiere a un tipo de recuerdos caracterizados por su forma, más concretamente, por el orden de sucesión temporal; el paciente lo que hace es trastocar el orden.
Son todos recursos para que lo que está reprimido no se haga consciente. El más severo de todos es la amnesia. Son maneras de despistar.
Y el otro grupo, que me parece el más interesante de todos, es el de la duda. Cuando el paciente trae dos recuerdos y duda entre uno y otro, dice Freud, quedémonos con el primero.

Hecha esta puntuación teórico-técnica veamos la anamnesis o resumen cronológico de la vida de Dora.
- Dora tiene en sus primeros años las típicas enfermedades infantiles, con una característica, y es que las tiene siempre a posteriori de su hermano, y las coge con más fuerza. Un matiz interesante que marca el tipo de relación que ella mantenía con su hermano, un vínculo de identificación, y al mismo tiempo mostrando su singularidad.
- A los 6 años el padre enferma de tuberculosis lo que obliga al traslado de la familia a otra ciudad
- Con 7 años aparecen episodios de enuresis, con 8 disnea, problemas respiratorios
- Con 10 años nueva enfermedad del padre, cuestión clave de lo que va a ser la relación de Dora con el padre, un desprendimiento de retina. Un padre enfermo, elemento importante en lo que será la constitución histérica de la hija. Veremos cómo la histerica se erige en sustentación del padre desfalleciente.
No confundir con la teoría hereditaria en boga en la época, que de la sífilis del padre concluía la debilidad nerviosa o enfermedad mental de la hija.
- Con 12 años, el padre tiene un ataque confusional. Un amigo lo lleva a Freud, quien le diagnostica una venérea mal curada.
Dora presenta manifestaciones claramente nerviosas: jaquecas, tusis nervosa. No olvidemos que el padre había pasado por la tuberculosis, y podemos ver en la tos nerviosa de Dora un rasgo de identificación al padre.
- Con 16 años la llevan por primera vez a consultar a Freud, una consulta puntual.


- Con 18 años, la familia se traslada a Viena, y entonces empieza el análisis. Los síntomas que presenta son: depresión del ánimo, alteración del carácter, excitabilidad, tedio vital, amenaza de suicido, ataques de inconciencia con convulsiones y delirio, afonía, tos. Toda una gama muy surtida de lo que la psiquiatría de la época llama “petite histerie”

Veamos ahora los personajes de la llamada “novela familiar del neurótico”
- Dora: 18 años
- Padre: 50 años, industrial próspero, inteligente y dominante. Buenas relaciones paterno-filiales.
- Madre: obsesión patológica por la limpieza. Poco ilustrada (?). Dora la criticaba duramente y había escapado completamente a su influencia.
- Hermano: 20 años. En la infancia fue su modelo, pero de mayor se distanciaron
- Tía: hermana del padre. Grave psiconeurosis. Modelo y ejemplo de su destino para Dora. Tiene un matrimonio desgraciado. Muere de un marasmo (anorexia?)
- Tío: hermano del padre. Soltero. Hipocondríaco.
- Sr. K: 35 años, atractivo, mala relación en su matrimonio, dos hijos.
- Sra.K: joven y bonita. Enferma de los nervios. Atiende al padre de Dora en su enfermedad.
- Institutriz de Dora: enamorada del padre, denunciaba ante Dora el adulterio de aquel con la Sra.K.


El caso comienza con la versión del padre, quien decide consultar a Freud debido al carácter insoportable de su hija, que con el dilema “o esa mujer o yo”, le amenaza incluso con suicidarse.
“…No necesito decirle a Ud- dice el padre de Dora- que dado mi mal estado de salud estas relaciones mías con la Sra. K no representan nada ilícito…ya sabe Ud. que mi mujer no es nada para mi… Además, creo que mi hija fantasea la escena del lago para que yo me enemiste con el matrimonio K…Espero que Ud. consiga llevarla ahora a un mejor camino”.
Aquí tenemos varias cosas interesantes. La primera es que este señor era impotente.
La segunda su declaración de que su mujer no es nada para el. Esta es una frase que no tenemos que olvidar porque volverá a aparecer, esta vez en boca del Sr. K referida a la Sra.K, y que marca una inflexión muy importante para el posicionamiento subjetivo de Dora, como ya veremos. Es interesante para comprender la estructura de identificaciones cruzadas en las que está colocada Dora: como sus hombres amados, su padre y el Sr. K, están casados con mujeres que no son nada para ellos.
Por otro lado, al culpar a su hija de fantasear la escena del lago se coloca en el punto de mira de los reproches de su hija.
La escena del lago es la siguiente: un día, Dora y el Sr.K, como otras tantas veces, habían ido a pasear a la orilla del lago. La familiaridad entre ellos era muy evidente, al punto que el Sr. K diariamente le mandaba un ramo de flores. Y a la orilla del lago el Sr.K le declara su amor. Y Dora, dándole una bofetada, huye a contárselo a su padre.
¿Porqué reacciona así? Tendremos que esperar al análisis de sus sueños para hacer inteligible la escena.
Por último la frase final nos servirá al final del caso cuando subrayemos el tema de la transferencia y del peligro de los prejuicios del analista.

Una consideración general. Cuando Freud ilustra sus casos clínicos con fragmentos del discurso del paciente, en esa elección está ya en juego una interpretación. Seleccionar frases es darle importancia a esas frases, y eso es ya una interpretación.

A continuación Freud nos presenta la versión de Dora:
“…Mi padre y la Sra.K son amantes desde hace muchos años y lo disimulan bajo ficciones a veces ridículas. Pero el colmo es que de este modo yo quedo a merced de los galanteos del Sr.K, que desde hace varios años requiere mis favores. Mi padre, al hacer la vista gorda, me convierte en objeto de un odioso cambalache. Estos hechos están ahí, proceden de la realidad y no de mi.”
Freud, siguiendo con su método de ir despejando cuales son las situaciones traumáticas, buscará la escena de contenido sexual que precede cronológicamente a la del lago, apoyándose en su teoría del doble trauma.
Dora cuenta entonces la escena en la tienda, cuando tenía 14 años: están solos en la tienda del Sr. K y éste la abraza y la besa en la boca. Recuerda que en ese momento sintió una violenta repugnancia y salió corriendo a la calle.
Dora no cuenta nada de lo ocurrido y entre ellos nunca se habló de lo sucedido.
Después de esta escena la joven empieza a sufrir algunos síntomas transitorios:
- leve repugnancia a los alimentos y nauseas. Freud lo interpreta como el resultado del mecanismo de inversión afectiva: el afecto excitación sexual que surge en ella en la escena es reprimido, y en su lugar, por inversión afectiva, surge la repugnancia.
- alucinación sensorial, sensación de presión sobre su pecho. Aquí también interviene la represión de la percepción de la excitación sexual del Sr.K, ella siente la presión del pene contra su bajo vientre. Y en su lugar, por desplazamiento, surge una sensación inexplicable, alucinada, sobre su pecho.
- fobia a los hombres en situación de cortejo: una defensa secundaria para evitar la percepción de situaciones similares a la vivida, para asegurarse contra una nueva emergencia de la percepción reprimida.

“Los galanteos del Sr.K son reales…yo no tengo la culpa de nada” concluye Dora.
Esto es lo típico de las primeras entrevistas, cuando alguien viene a contarnos un drama que le está aconteciendo en la realidad, y viene porque lo mandaron.
El trabajo de Freud con Dora será ir haciendo progresivamente que la demanda original se vaya modificando a partir del reconocimiento de la parte que le toca en esa historia.
Hasta que no se produce la inversión dialéctica en la que el paciente deja de poner afuera y asume que en lo que le está pasando él algo tiene que ver, no empieza verdaderamente el análisis.
Ella lo que trae como demanda más urgente y más angustiante es el reproche hacia el padre, que el padre la está usando a ella para sus fines secretos. Y ella con su carta amenazando suicidio le está planteando al padre un ultimátum: o él deja a la Sra. K o ella se mata.
Toda la construcción de sus síntomas ya veremos como Freud los refiere en primer lugar al padre, luego al Sr. K y por último a la Sra. K. Y en cada caso en una dialéctica de doble vertiente: como objeto de amor-odio y como objeto de identificación.
La identificación es el camino que ella tiene para aferrarse a lo que es ser deseada como mujer. Porque por un lado ella sabía que su madre no era deseada por el padre: “Ud. sabe doctor que mi mujer no significa nada para mi” Y por otro lado también se entera que la Sra. K no era deseada por su marido.

Es Lacan el que nos pone sobre la pista de este derrumbe identificatorio, al señalar que el bofetón que Dora le da al Sr.K en la escena del lago, no es porque éste le declarara su amor, sino porque le confiesa que su mujer no significa nada para él.
El padre con su amor por la Sra. K le sirve a Dora como soporte de identificación, la posiciona ante el enigma de qué es ser una mujer deseada. Todo esto a nivel inconsciente. Pero a nivel consciente se juega la rivalidad y los celos.

En la próxima clase iremos viendo entonces cómo Freud presenta la verdad de Dora a partir de sus reproches, cómo en los sucesivos síntomas que ella trae está siempre en juego un autorreproche proyectado como reproche hacia el otro.
¿Qué es lo que Dora se está autorreprochando?.
Intentaremos desarrollar los vínculos con el objeto de amor y con el objeto de identificación, que son los dos lazos indispensables para la construcción de la identidad sexual.
Esto nos evidencia la complejidad de la elección de objeto, que lleva a que os interroguéis sobre la certeza del deseo ¿Cómo puede tener el ser humano la certeza de que está realmente deseando a la persona que tiene delante? ¿Es esa certeza posible?
Esta pregunta es ejemplar para que entendamos uno de los conceptos claves, el concepto de sujeto dividido. ¿qué quiere decir sujeto dividido? Que no somos sujetos de certeza respecto al objeto. El perro tiene certeza absoluta respecto a su objeto, la perra. No tiene ninguna duda. El sujeto está dividido a partir de que entra en el mundo simbólico, en el mundo del lenguaje, a partir de que pierde su adscripción natural, su dotación instintiva.
Ese individuo natural no existe, es el habitante mítico del paraíso perdido.
Estamos enfrentados a la imposibilidad de tener la certeza con respecto al objeto de nuestro deseo. Esa es la búsqueda. Deseo es búsqueda.
A partir de una constitución biológica, seguida de una estructuración simbólica, con todo lo cultural y lo social hemos arribado al sujeto dividido. Ahora bien, como lo hemos dicho en una clase anterior, estamos presenciando una progresiva mutación que intenta que el sujeto dividido pase a ser un sujeto completo, es decir, que tenga a su alcance el objeto que lo satisfaga. Y si es posible que lo pueda comprar en el Corte Inglés.


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