"A mi juicio, el destino de la especie humana será decidido por la circunstancia de si el desarrollo cultural logrará hacer frente a las perturbaciones de la vida colectiva emanadas de la pulsión de agresión y de auto destrucción. (...) Sólo nos queda esperar que la otra de ambas potencias celestes, el eterno Eros, despliegue sus fuerzas para vencer en la lucha con su no menos inmortal adversario. Mas, ¿quién podría augurar el desenlace final? Freud, Malestar en la Cultura
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20090419

SEMINARIO I, CLASE 2: ¿LA CONCIENCIA ES EL ESTADO NORMAL DE LA MENTE?


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David del Real: Interior con pirata [I]



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CLASE 9/3/2006


Desde siempre la racionalidad científica y filosófica- salvo los poetas- daba por sentado que uno es el dueño de sus palabras, es decir, que uno cuando habla es consciente de lo que habla y es dueño de lo que dice.
El descubrimiento freudiano hace caer esa suposición.

Les voy a referir una vieja película española. Es un médico que nos cuenta la historia de dos de sus pacientes, ella soltera y el viudo, que acuden constantemente a su consulta con sucesivos achaques. Ël, sordo del oído izquierdo los lunes, miércoles y viernes; y sordo del oído derecho los martes, jueves y sábados; los domingos, sordo de los dos.
Ella, que un día no puede caminar, y otro, que se le para el corazón. Son dos ejemplos, nos dice, de otros tantos innumerables casos de pacientes a los que atiborramos de vitaminas y radiografías y no podemos curarlos de lo que sufren. Estas personas utilizan sus enfermedades para llamar la atención, para que las cuiden; en fin, necesitan de una ilusión para poder seguir viviendo. En una palabra, “sufren del alma”. Y yo he decidido, dice el médico, que la mejor terapia es que estos dos seres solitarios se casen. Y esa será la historia de la película, mostrar como estos dos desconocidos se conocen a través del médico y se casan.

¿Qué tenemos que subrayar de esta historia?
- que muchos de los pacientes que acuden al médico con síntomas físicos, corporales, no responden a una etiología orgánica.
- que la medicina tradicional, en el mejor de los casos, los medica con placebos o con consejos.
- que este médico consigue colocarse en otro lugar: no cae en la tentación de medicarles, sino que intenta escuchar otro mensaje en este síntoma, en esta demanda. Pero termina cayendo en el recurso al consejo.

En este caso está mostrado de manera muy obvia, el sentido de los síntomas neuróticos no suele ser tan evidente. Este facultativo se puede colocar en el lugar de escucha, lugar que los médicos ocuparon durante muchos años, de escuchar lo que se conoce como sufrimientos del alma.
Alma como metáfora de lo psíquico, como ese espacio con el que se puede operar como si fuera un objeto, el espacio de las ideas, de las representaciones. Representaciones que tienen cuerpo: el cuerpo de lo psíquico son las palabras. El objeto positivo, el objeto concreto del pensamiento es el significante.
Desde la perspectiva psicoanalítica decimos que lo específico de lo humano es el lenguaje. Un niño que no aprende a hablar no desarrolla su pensamiento. Es el caso de los niños abandonados en el campo y criados por lobos, casos cuyos historiales recogieron los médicos del siglo pasado. Cuando fueron encontrados ya mayores no sabían hablar, su coeficiente intelectual sufría un retardo considerable y nunca aprendieron a hablar. De lo cual se dedujo que si un niño es criado sin contacto humano y no ha tenido la posibilidad de lanzar, de poner en marcha su lenguaje, pierde la capacidad de hacerlo, y a partir de allí tampoco puede desarrollar su pensamiento.

Uno de los aspectos que me interesaba resaltar de esta película es la terapia que el médico utiliza. Porque él hace una escucha, esto es lo importante, posibilita que el paciente ponga palabras para que ese sufrimiento que está localizado, anclado en una sordera o en una dificultad de caminar, pueda encontrar otro sentido.
Pero a partir de allí instrumentaliza la terapéutica del consejo “lo mejor para Ud. es que se case”. El médico utiliza el efecto sugestión que su autoridad ejerce sobre el paciente.
Y en los casos reales el consejo no sirve. Porque es desconocer que lo que está intrincado en el síntoma está más allá de la voluntad.

Freud en 1892 acuña un neologismo para referirse a esta situación, esto es previo a la sistematización de su concepto de conflicto psíquico, el va a hablar de “contravoluntad”.
Es en relación al caso de una madre que llega con un síntoma que es el siguiente: cuando tiene que dar de mamar a su niño siente de pronto un impulso irrefrenable a quitar el pezón de la boca de su hijo. Freud dirá que es como si se estuviera produciendo un choque entre su voluntad de satisfacer a su niño con algo que llamará contravoluntad..
Claro, es tan arcaico, con los conceptos que manejamos ahora uno se interroga: ¿dónde está puesto el acento? Pues el acento está puesto en que al acuñar un término nuevo evita caer en lo que eran los prejuicios de la época, las llamadas lecturas científicas de la época, como por ejemplo atribuirlo a un problema de hormonas, o metabólico.
Freud está intentando buscar la explicación en algo del orden de un choque, de un conflicto psíquico, y que ambos polos del conflicto son parte del mismo aparato psíquico.

Este concepto de conflicto psíquico lo veremos en detalle en los trabajos de Freud a partir de la histeria.
La neurosis histérica en esa época se explicaba como manifestaciones de simulación o de impostura y aunque los médicos en sus comunicaciones científicas no incluían la etiología sexual, sí la reconocían en privado, como opiniones silenciadas. Sólo a partir de la sistematización freudiana se pudo hablar, y pagando un alto precio, de la etiología sexual de lo histérico.

Para poder introducir estos conceptos de neurosis, de neurosis histérica, desde una psicopatología psicoanalítica tendríamos que aclarar qué es la salud y la enfermedad mental .
Desde la perspectiva médica está claro, la salud es lo natural, lo que trae el individuo. Cuando se pierden esos parámetros entramos en la enfermedad. Y el tratamiento médico consiste en restablecer la salud.
La enfermedad mental durante mucho tiempo estuvo relacionado con lo religioso y lo supersticioso. Luego, la ciencia médica intentó explicarlo por degeneraciones del sistema nervioso, se buscaba en el cerebro, se hacían mediciones Y aún hoy persisten en encontrar el factor biológico.
Por supuesto que una enfermedad mental tiene un indicador biológico, cualquier proceso de la actividad mental, normal o patológico, tiene un soporte biológico. Pero no confundirlo con la causa.

Neurosis desde la psicopatología psicoanalítica es lo más parecido a salud mental.
El ser humano, o mejor dicho el ser hablante, así como decimos que ha perdido su relación natural con el objeto de la necesidad, consecuentemente con eso ha perdido su condición de salud mental en tanto estado mental natural.
No podemos hablar de salud mental de un mono o de un león salvaje. Sólo podemos hablar de salud mental de un ser humano. Y el ser humano ha perdido su ser natural, su ser de salud natural. Conserva sus indicadores biológicos, claro que sí, pero a nivel de lo mental esto está ya sujetado por eso Otro que es lo simbólico, el lenguaje, el inconsciente.
Podríamos decir que al ser sujeto del lenguaje, al ser sujeto de lo inconsciente, se es un sujeto dividido. En este sentido la condición humana es ser neurótico. El psicoanálisis postula que todos somos neuróticos. A partir de esta base podemos empezar a definir ciertas estructuras neuróticas específicas: la histeria y la neurosis obsesiva.
En próximas clases nos centraremos en los primeros textos de Freud, concretamente sus “Estudios sobre la histeria” para ver como, a partir de la histeria, construye su teoría de las neurosis, y, a partir de allí, una teoría del sujeto.

El otro gran grupo de trastornos mentales que tiene una estructura propia, diferente de las neurosis, son las psicosis. Cada uno de estos grupos tiene una etiología, un mecanismo específico. No es que se pase de uno a otro, que un neurótico se vuelva psicótico. Esto habría que precisarlo, pero no se vuelve psicótico cualquiera, sino el que puede, el que cuenta con esa estructura particular, que muchas veces está compensada. Y en determinados momentos su falla se pone en evidencia, se descompensa y se produce el brote.
Y hay que tener en cuenta un tercer grupo, el de las perversiones. El sádico es el perverso más destacado. Y su otra cara, el masoquista. Todo sádico necesita de su masoquista. Esa es la pareja perversa clásica. Y está muy de moda.
Ahora bien lo más común es que los cuadros patológicos no se presenten puros. Se pueden tener síntomas histéricos pero la estructura ser obsesiva, y viceversa. O ciertos rasgos perversos pueden formar parte del neurótico. O un psicótico compensado que puede pasar perfectamente por neurótico. Incluso se habla de trastornos límites, patologías de borde, que no terminan de definirse ni en una ni en otra estructura.

Hecha esta salvedad, volviendo al tema de hoy, entendemos por sujeto neurótico al sujeto que no sabe lo que dice, que no es del todo consciente de las cosas que dice, que dice cosas más allá de las que escucha: en palabras de Lacan, estamos ante el sujeto dividido.
La historia del psicoanálisis podemos entenderla en dos tiempos: primera mitad del siglo XX: Freud; segunda mitad del siglo XX: Lacan. Lacan no podría haber sido sin Freud. El decía: “Uds.si quieren pueden ser lacanianos, yo soy freudiano”
El siglo XX que vió nacer el psicoanálisis, también fue testigo de la perversión de su discurso por los mismos psicoanalistas. Lacan surge para denunciar este desvío y recuperar la vigencia plena de la revolución freudiana.
El objetivo de la clase de hoy es que entendamos que la neurosis no es una cosa de locos sino que la neurosis es una cosa de todos, que tiene que ver con lo que podemos llamar el estado normal de la mente. Y que el estado normal de la mente no es la conciencia. Las conciencia es una parte, el yo es una parte, la otra parte es lo que llamamos el sujeto inconsciente. En el discurso articulado, consciente, sin que el yo sepa escucharlo se está manifestando lo inconsciente. Y aquí viene lo revolucionario: no es solamente que no sabe escuchar, es que “no quiere escuchar”. Por eso el concepto de “contravoluntad”.
Tal es así que Freud dice:”...si hay algo para lo cual el ser humano está menos preparado es para psicoanalizarse”. ¿Porqué? Porque el funcionamiento normal de su psique es “no querer saber” aquello que tiene que ver con su conflicto.



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