David del Real, Actriz
CLASE 2: UN CASO DE ASMA NERVIOSO ¿FPS O SÍNTOMA?
Síntoma y FPS
Narcisismo y autoerotismo
Investidura del cuerpo y erotización de órgano
Metáfora y holofrase
Weiss y Freud: un caso de asma nervioso
Vamos a seguir con el tema del fenómeno
psicosomático, FPS, les voy a comentar el capítulo 8 del Seminario II de Lacan
donde hace algunas consideraciones sobre lo psicosomático, y después trabajaremos
un caso clínico de asma nervioso.
1
Lacan está trabajando en este seminario algunas
consideraciones sobre un concepto freudiano que estaba muy en boga en la
segunda y tercera generación después de Freud, que es la noción de “relación de objeto”. Respondiendo a unos
comentarios Lacan va a decir que en el FPS no hay relación de objeto, que la
relación de objeto remite a lo que sería el plano de lo imaginario, el plano de
la relación narcisista, el objeto visto como parte del otro en nosotros, o de
nosotros en el otro, como imagen del cuerpo. En ese sentido la relación de
objeto es lo que tenemos que entender desde el punto de vista imaginario,
mientras que en el FPS la relación no es con el objeto imaginario sino con lo
que más adelante llamará el objeto real,
la Cosa.
“Si algo sugieren las reacciones psicosomáticas
como tales, es que están fuera del registro de las construcciones neuróticas.
No se trata de una relación con el objeto. Se trata de una relación con algo
que se encuentra siempre en el límite de nuestras elaboraciones
conceptuales….Las relaciones psicosomáticas se sitúan a nivel de lo real”. [1]
Caemos entonces siempre en intentar diferenciar un
malentendido y es que entonces, cuando el psicoanálisis hablaba de relación de
objeto, se caía en la trampa de lo interior y lo exterior, y las categorías que
Lacan utiliza no son las de objeto interno u objeto externo, sino la de
registro imaginario, simbólico y real.
“…tal distinción (entre exterioridad e interioridad) no tiene ningún sentido a nivel de lo real.
Lo real carece de fisura.”[2]
Y en ese sentido así como al síntoma como
manifestación neurótica lo va a leer como manifestación del cuerpo imaginario
en su juntura con lo simbólico, al FPS lo va a entender como la manifestación
en otro cuerpo, que es lo que llamamos el organismo, lo viviente, esto es, lo
real. El FPS se articularía en la juntura entre lo imaginario y lo real. Esta
disquisición teórica nos sirve de fundamento para hacer, entonces, la
distinción entre síntoma y fenómeno psicosomático.
La otra variable que va a utilizar Lacan en este
Seminario II es el diferenciar lo que sería la relación narcisista en tanto
investidura del cuerpo como imagen unificada, como imagen total, de lo que sería
la investidura autoerótica, que no recae sobre la imagen del cuerpo como
totalidad, sino que cae en un pedazo del cuerpo. Lo narcisístico recubre el
cuerpo imaginario mientras que lo auto-erótico compromete al cuerpo real.
En ese sentido tenemos que hablar del FPS como la
erotización del órgano, que no es el caso del síntoma. En el síntoma también
tenemos erotización pero siempre a nivel de lo imaginario, el cuerpo en su
juntura entre lo significante y lo imaginario. En el caso de la erotización del
órgano estamos hablando del cuerpo real.
Allí no hay cobertura simbólica, no hay posibilidad de que este fenómeno sea
entendido como una metáfora, no hay representación sino holofrase.
Cuando estudiamos la pulsión vimos que tenía un circuito,
un recorrido desde la fuente al objeto intentando atrapar ese objeto inatrapable,
y a lo sumo conseguía contornear fragmentos del cuerpo que sirven para recubrir
ese vacío de objeto que es la “petit a”. Ahora
bien, en el FPS lo que tenemos es un cortocircuito, es decir que el circuito
pulsional se corta impidiendo ir de la fuente al objeto, como si estuvieran en
la misma sede, que es el órgano como real.
De la misma manera que decimos que el síntoma tiene
que ver con un circuito significante que toma cuerpo, que hace metáfora en el
cuerpo y decimos que la repetición es un circuito en el que se repite algo del
orden del significante, en el FPS en cambio este circuito falla, no hay
posibilidad de circuito significante porque, como holofrase, remite no a un
significante sino a una congelación, en donde supuestamente es el órgano real
la sede. Ya no podemos decir que éste es sede de un sujeto, ya que el sujeto
sólo puede tener una sede de orden significante, de orden simbólico.
Todos estos planteos están en la fundamentación
teórica que opone el FPS al síntoma, porque esta oposición tan compleja en la
teoría no lo es menos en la clínica. Se trata de poder determinar cuándo una
manifestación, que está comprometiendo el cuerpo, es del orden de una metáfora
o de una holofrase, es un síntoma o un FPS.
Lacan nos alerta en relación a ciertos casos que
llegan a análisis con síntomas muy definidos de los que al poco tiempo se
produce un levantamiento súbito, rápido. Y hay que tener cuidado porque esto
puede estar denunciando que este síntoma no era sino una defensa pre-psicótica,
y su levantamiento dejaría a la psicosis en libertad de florecer. En la clase
anterior recurrimos a la noción de sinthome para hacer inteligible esta sustancialización
específica, concepto que Lacan desarrolla a partir de su trabajo sobre la
escritura en Joyce.[3]
2
Hoy vamos a ver un caso escrito por Edoardo Weiss, [4]fundador
de la Asociación Psicoanalítica de Italia. Se trata de un paciente que consulta
por una depresión. Y durante el análisis se le declara un asma, que se verá
tenía antecedentes en su infancia. Weiss, discípulo de Freud, supervisó este
caso con él.
Es un señor de unos 40 años, de situación económica
acomodada que consulta; la descripción fenomenológica sería la de un señor que
no puede fijar su interés en nada, intenta leer y no consigue concentrarse, lo
vuelve a intentar pero sin conseguirlo. Ha renunciado a leer, a escribir, no
abre ni responde a su correspondencia, no consigue encontrar ningún trabajo,
vive de las rentas que le ha dejado su madre al morir. Su madre murió siendo ya
mayor, dos años antes de que empezara su análisis; su padre murió cuando él
tenía 5 años, no sabemos mucho del padre; la madre de niño le decía: “vas a
ser un cerdo como tu padre”. Lo
castigaba severamente por sus masturbaciones infantiles, con sólo mirarlo ella
lo sabía.
Se presenta con la vestimenta muy desordenada,
sucio; sus necesidades elementales, comer y dormir, las hace de manera
automática. La primera cuestión que el analista se va a plantear es el
diagnóstico. Detrás de esta depresión que tenemos ¿una psicosis? ¿una neurosis
grave? Weiss nos dirá que él no ve signos de esa severa apatía típica de la
esquizofrenia. Este caso está presentado alrededor de 1925. En esa época un
indicio clave para la determinación diagnóstica era el establecimiento de la
transferencia. Weiss escribe este caso después de dos años de análisis, en los
que ha constatado la presencia de la transferencia, que él utiliza entonces
como indicador de neurosis. Nos dice que tampoco había un auténtico mecanismo
melancólico, como serían los auto-reproches o el delirio de inferioridad. Con
respecto a la depresión nos dice que no tenía picos agudos, lo que presentaba
eran fluctuaciones muy moderadas. Digamos que el terapeuta trabaja con sumo
cuidado la dirección de la cura, intentando no precipitar el diagnóstico,
aunque se inclina por la neurosis.
Veamos algunos rasgos de este paciente. Lo primero
que va a subrayar Weiss es su marcado
carácter reactivo erótico anal. El carácter reactivo es el que se establece
como defensa, diríamos que marca de base un carácter anal pero bajo una fachada
reactiva, en contra de lo anal. Su exagerado afán por la limpieza y el orden es
algo que no podía en ningún momento satisfacer. Con lo cual estaba todo el
tiempo lamentándose de su estado de desorden y suciedad. Otro rasgo que subraya
es lo que llama la angustia de empobrecimiento. Su herencia se iba consumiendo
y el temor a quedar en la pobreza y la indigencia lo atormenta, lo cual no le
sirve de impulso para buscar trabajo. La situación que fantasea que lo liberaría
de este final temido es la de su suicidio. Es a partir de estar atormentado con este
pesimismo suicida que un amigo psiquiatra le aconseja analizarse.
Respecto a su sexualidad, manifiesta su deseo
homosexual. A los 15 años tuvo una primera relación con otro joven que lo
buscó. Sólo ha tenido tres relaciones satisfactorias, y siempre fue el otro quien
lo buscó. Se masturbó diariamente desde su pubertad, hasta los 25 años, cuando
se sometió a una serie de ejercicios, ayunos, duchas frías y largas caminatas
diarias.
Y Weiss subraya en su paciente lo que llama rasgos
anales característicos: terquedad, obstinación, limpieza, reacción ante las
injusticias, y un fuerte olfato; el olor era un factor de atracción importante
en su sexualidad. Esto lo podemos relacionar con el mandato materno “serás un
cerdo como tu padre”: él no se bañaba y le atraían los cuerpos que despedían
olor.
La madre en su infancia era el personaje amado y
temido, sin el cual no podía estar. Necesitaba tenerla aunque fuera una madre
severa e injusta; era una madre omnipotente, quien con sólo mirarlo sabía de su
deseo. Pero progresivamente cuando entra en su juventud pasa a ser una madre
odiada. Las primeras imágenes que trae a análisis son las de una madre odiada.
Más tarde podrá traer recuerdos de su madre amada.
Ya de mayor, la madre se enferma, y así como ella
había cuidado durante años al padre paralítico, será él el que estará a su lado
cuidándola. Sin embargo, cuando se acerca el momento de su muerte, la abandona.
En esta última etapa descubre que la madre es hipócrita, mentirosa y falsa,
contradictoria entre lo que exige a los demás y lo que ella hace. Es como si no
hubiera querido verla en su último momento para quedarse con la imagen de su
madre amada.
Una de las cuestiones a considerar es que aparece
el asma durante el análisis. Ya se ha muerto la madre, hay una mujer que hace
las ta- reas de la casa, y un día esta mujer corta una planta del jardín que él
quería mucho, y esto coincide con un acceso de asma. Dijimos la vez pasada que
las situaciones asmógenas tienen que ver con situaciones castratorias. Veamos en que otras situaciones de su pasado
recuerda otras crisis de asma. Así relata que cada vez que se sentía injustamente
tratado por su madre le advenía un acceso de asma. En otra oportunidad, estando
internado en una institución de monjas donde se sentía muy bien atendido, en el
momento del alta volvió el asma.
3
Tal como el analista va relatando e interpretando
¿Qué estamos viendo? Que está interpretando las crisis de asma como metáforas:
ante una separación, crisis de asma; ante una situación de injusticia, crisis
de asma. Lo que el analista nos dice es que poco a poco el paciente va sabiendo
reconocer en cada una de sus constantes y agotadoras crisis de asma, las
situaciones asmógenas.
¿Cómo lo tenemos que entender? El analista está
encuadrando el asma como un síntoma neurótico, en tanto subraya desplazado metafóricamente
algo del orden de un afecto retenido. Entonces ¿en este caso el asma lo tenemos
que entender como un síntoma de conversión histérico dentro de una estructura
obsesiva? Hasta ahora la lectura del fenómeno asma parece remitir más a un
desplazamiento metafórico que a aquello que en el FPS llamamos holofrase.
Aparece un recuerdo que tiene que ver con el
componente anal y masoquista por el cual este niño tuvo severos episodios de
retención, de constipación. Y consecuentemente ¿cuál fue la terapéutica?: la
enema, con lo cual se acentúa la satisfacción del erotismo anal.
Y aquí el analista hace una elaboración que está en
los manuales de la casuística, de la interpretación del asma y se apoya en lo
siguiente: según cuenta su familia cuando nació tuvo un episodio disnéico. Hay
entonces en este futuro asmático un primer ejercicio respiratorio perturbado.
En segundo lugar, en el momento de la eclosión anal, ésta se caracteriza por la
contracción, el estreñimiento. Y el tercer momento, que es el momento del asma
el analista nos dirá: ”¿Tenemos que
pensar entonces el asma como un desplazamiento del tracto anal al tracto
respiratorio?”
No olvidemos que el bebé para la medicina no es ni
más ni menos que un tubo con dos extremos: el del tracto
respiratorio/alimenticio y el del tracto anal. Y para Weiss se podría
considerar el asma como un desplazamiento de abajo-arriba. Este es el aporte que
hace a la psicogénesis del asma. El concepto de tracto remite a la musculatura.
El órgano anal es por excelencia musculatura.
En una ocasión el analista llega tarde y lo
encuentra esperándolo en medio de una crisis de asma. Es su protesta. Estamos
entonces ante un asma que funciona como síntoma. Y esta es la cuestión que que-ría
resaltar: diferenciar cuándo el asma funciona como síntoma y cuándo como fenómeno psicosomático.
Así como decimos que en la psicosis la forclusión
del Nombre del Padre imposibilita el funcionamiento del orden simbólico, en el
caso del FPS la holofrase marcaría esa imposibilidad. Lo cual no quiere decir
que no se pueda levantar el efecto. Nosotros sabemos que la interpretación
levanta el síntoma. ¿Podemos decir lo
mismo acerca del FPS? Son temas sobre los cuales hay que reflexionar. No se puede
interpretar como lo hacemos con un síntoma. Pero algo se puede hacer. Por eso
decimos que estamos en un lugar en donde Lacan es bastante específico. El dice
que el FPS, la psicosis y la debilidad mental podemos considerar a los tres
dentro de la misma serie, que tienen en común que la representación del sujeto
por el significante está congelado, está holofraseado. La pregunta por el sujeto, la pregunta por el
síntoma, la pregunta por la operatividad de la interpretación, todas están en
el paquete del FPS.
Otro factor interesante en este caso es que Weiss
dice una cosa y Freud después dirá otra. Este paciente al año de análisis sigue
con sus crisis asmáticas pero ha ido levantando su posicionamiento depresivo, y
ha ido resolviendo la represión en torno al amor por su madre, lo que le
permite empezar a interesarse en otras mujeres. Y empieza a interesarse por el
otro sexo de una manera progresiva y transicional, a partir de interesarse por
un matrimonio. Y se pregunta por qué no ha podido manifestar su amor hacia las
mujeres. Y a partir de que empieza a interesarse por una mujer y por su marido,
su interés libidinal es bisexual y aparece el asma cuando vislumbra que el amor
de un hombre y una mujer es factible de crisis, de desavenencia, de ruptura.
Ante la posibilidad de que esa pareja que él ha idealizado se rompa, vuelve a
sufrir sus accesos asmáticos.
En relación a los impulsos hostiles hacia la madre,
el analista va a interpretar las crisis asmáticas como manifestación de
venganza: “¡Ahora para castigarte me voy
a morir ahogado!”.
Vemos como el analista va trabajando lo que son los
sentimientos ambivalentes en relación a la madre, con lo cual tenemos ya una serie
de situaciones asmógenas en relación a la madre: cuando lo acusa injustamente,
cuando se separa de él y lo abandona, cuando lo maltrata. Y después es cuando
aparecen las mociones amorosas hacia la madre en forma de recuerdos infantiles.
Uno de ellos es que está recostado en un sofá con la madre y tiene su pierna
apoyada sobre el regazo de la madre la que le dice: “¡No, no…quita que me molesta!”. El analista dirá que es un
recuerdo encubridor porque el recuerdo que viene a continuación es de una
situación en la que está espiando a la madre, intentando descubrir si ella
tiene lo que el fantasea como un enorme pene.
Otra de las situaciones que aparecen como recuerdo
de esa moción pulsional lo narra en forma de sueño. Es un sueño en donde está
acostado y viene su madre, se acerca y lo besa. Y él se despierta en medio de
una polución. Estas escenas muestran al paciente como complemento de goce del
Otro materno.
4
Una de las cuestiones complejas que nos ofrece este
caso es si tenemos que considerar el asma como síntoma neurótico, es decir,
como retorno de lo reprimido del deseo materno; o el asma como FPS, es decir
como retorno de lo no simbolizado del deseo materno.
Este paciente conoce una chica, intima con ella,
parece que le van las cosas muy bien, disfruta, hay voluptuosidad en la
relación, no aparece ningún episodio bisexual u homosexual. A los pocos meses
de conocerla le comunica a su analista que después de 2 años de intenso trabajo
se merece un descanso y va a dejar de analizarse. El analista dice que está de
acuerdo, y a nosotros nos cuenta que él también estaba agotado. Y además nos
cuenta que cuando empiezan las entrevistas preliminares este paciente consulta
por depresión, y una de las cosas que aparece rápidamente es su homosexualidad.
Y a la pregunta: “¿cree Ud. que podrá
curarme de la homosexualidad?” el analista le había respondido que “en una persona de su edad ese tipo de mociones
no son fáciles de remover”. Y no se habló más del asunto. A partir de allí el asma
hipotecó todas las sesiones.
Este caso tiene una revisión a posteriori. Es un
caso que cierra en falso. El paciente decide dejar su análisis, le anuncia al
analista que tiene intenciones de casarse pronto. Efectivamente, a los pocos
meses se casa y decide irse de luna de miel a Viena. ¿Y a quién creen que va a
visitar? Al Dr. Freud. Este conocía el caso porque supervisaba a Weiss. Lo
recibe y lo invita nada menos que a participar en la reunión de los miércoles,
que era la reunión de los miembros de la Asociación Psicoanalítica. El paciente
se siente halagado ante semejante honor. Lo que sabemos es que a la primera
sesión que tuvo con Freud el paciente tuvo una crisis de asma. Y que en esa
primera sesión Freud le dijo: “…si lo que
Ud. viene es a hablarme de su esposa en vez de hablar de Ud. no tiene sentido
que sigamos.”
Este paciente reapareció a los pocos meses, y le pidió a Weiss retomar su análisis: su
mujer estaba embarazada y sus crisis asmáticas habían recrudecido. Todo parece
apuntar a una importante desestructuración, aunque Weiss no habla de psicosis.
¿Tuvo algo que ver el encuentro con Freud en esa
desestructuración? ¿Puede entenderse como lo que Lacan afirma que es el llamado
a un padre desde un lugar donde no hay respuesta? ¿Estamos ante el retorno en
lo real de lo forcluido, de lo que no ha advenido a lo simbólico?
Freud en una carta que le manda a Weiss le dice: “He recibido anoche una carta del Sr.G. y
por su contenido no me queda ninguna duda de que está en un delirio paranoico”
Queda planteado así un
contra-diagnóstico: frente a lo que Weiss consideraba una neurosis grave
tenemos que pensar el caso dentro de un estado defensivo pre-psicótico, y que a
partir del encuentro con Freud y el advenimiento de su paternidad este estado
defensivo se descompensara. ¿Esto autorizaría a leer su asma como FPS?
[1]
Lacan, Seminario 2, El Yo en la Teoría de
Freud y en la Técnica Psicoanalítica, pág. 150
[4]
Weiss, Psicoanálisis de un caso de asma
nervioso (en Estudios de Psicosomática, vol.4, V.V.A.A., Atuel)